Vértices y vértigo.
Desde cada una de tus azoteas están volando cada día mis pesadillas. Antes me daba miedo. Siempre me pregunto por qué soy menos. Y no más. O como el resto.
Las curvas que no sonríen,
no sirven para nada.
Los frenos que derrapan tarde,
matan.
Y todas mis cicatrices parece
que no me hayan
enseñado
absolutamente
nada.