- 4

Estoy viendo tantos semáforos en ámbar cambiar a rojo que no miro nuestro paso de peatones por si acaso. Personas que han mirado hacia otro lado y al volver la vista ya no había nada que mirar.

No sé a qué está jugando mi cabeza, pero no hay reglas. Y ojalá las hubiera porque estoy tan perdida que si me encuentro algún día, no voy a querer mirarme al espejo. Ni te fuiste, ni te eché. Supongo que las cosas debían ser así, y hoy solo me quedan canciones tristes en modo aleatorio.

El glaciar que me tirita en el pecho no quiere derretirse con ningún incendio, prefiere quedarse en standby, como se quedó todo el día que me desperté sintiendo que ya no volvería a hacerlo a tu lado.

Qué largos son los días desde que tú no estás, y qué poco escribo por miedo. Estoy viendo tantas torres altas caer a mi alrededor, que empiezo a sospechar que soy ruinas y solo veo cómo otras me alcanzan, que ya caí.



Leave a Reply

Celia Munera Pérez ©. Con la tecnología de Blogger.